La sección PERFILES destaca las biografías de ingenieros e ingenieras cuyas trayectorias profesionales han contribuido significativamente al desarrollo de la ingeniería.
Hoy recuperamos el perfil dedicado a Enrique de Sendagorta Aramburu, Fundador de la empresa de ingeniería SENER y primer presidente de Petronor, promovió el primer programa informático para el diseño y la construcción de buques en el mundo. Publicado por el profesor Jesús Mª Valdaliso, de la Universidad de País Vasco, en la revista Letra Global.
Enrique de Sendagorta fue un prototipo de los ingenieros y empresarios vascos que lideraron el desarrollo industrial de España en la segunda mitad del siglo XX. Nacido en la villa vizcaína de Plencia en 1924, en el seno de una familia de navieros y comerciantes, cursó los estudios de Ingeniería Naval en la Escuela Especial de Ingenieros Navales de Madrid entre 1943 y 1947. Compañero de promoción de su buen amigo Gregorio López Bravo, se doctoró un año más tarde y se incorporó después a la factoría de Sestao de la Sociedad Española de Construcción Naval. Allí desempeñó varios puestos de responsabilidad en sus oficinas técnicas.
En 1956 creó, junto con Alberto Erhardt, la primera firma de ingeniería en España, SENER (SENdagorta y ERhardt), de la que fue su primer director general. SENER inició sus actividades en el campo de la ingeniería naval y el diseño y construcción de buques. En 1963, Enrique y su hermano pequeño José Manuel se hicieron con la totalidad de la empresa. Este último había cursado la carrera de ingeniero aeronáutico en Madrid, doctorándose en 1953 y ejerciendo después como profesor en la Escuela Superior de Ingenieros Aeronáuticos y en el Instituto Nacional de Técnica Aeronáutica de Madrid hasta su regreso a Bilbao en 1959.
Lidera la expansión de SENER
En 1961 asumió la dirección general de SENER. Fue el responsable de su crecimiento y transformación durante los años sesenta y setenta en una gran firma de ingeniería con intereses no sólo en el sector naval, sino en la industria, el espacio, la obra civil y la energía nuclear.
Entre sus hitos más importantes en aquellos años cabe destacar: el desarrollo del primer programa informático para el diseño y la construcción de buques en el mundo, el FORAN, que se convirtió en el programa líder en la industria naval mundial hasta nuestros días; el diseño de plantas industriales y energéticas de grandes empresas españolas; la construcción de la torre de lanzamiento de cohetes espaciales en Kiruna para la Organización Europea para la Investigación Espacial; diversas obras civiles (superpuerto de Bilbao, autopista Bilbao-Behobia, Metro de Bilbao…); o la construcción de las centrales nucleares de Garoña, Lemóniz y Cofrentes.
La entrada de José Manuel en SENER, permitió a Enrique dar el salto a otros ámbitos, como la dirección de Construnaves, el servicio comercial de los astilleros españoles en el exterior, entre 1959 y 1960, cuyas misiones comerciales en América del Sur se tradujeron en pedidos de buques por más de 100.000 TRB para la industria española; o, en el Ministerio de Comercio, la Dirección General de Comercio Exterior y la Dirección General de Expansión Comercial, entre 1961 y 1963, desde donde diseñó, junto a su amigo López Bravo, entonces Ministro de Industria, las líneas maestras de la política de exportación española en aquellos años. Enrique Sendagorta fue uno de los tecnócratas más destacados del periodo del desarrollismo franquista y uno de los más comprometidos con la apertura exterior y la liberalización.
Las amenazas de ETA
En 1963 Enrique Sendagorta volvió al sector privado, primero como Director General de la Sociedad Española de Construcción Naval, hasta 1968; luego como presidente de la recién creada sociedad Petronor hasta 1976; después como consejero-delegado del Banco de Vizcaya entre 1976 y 1979; y vicepresidente del Banco de Vizcaya y presidente de INDUBAN hasta 1988. Desde 1979 aumentó gradualmente su participación y actividad en SENER, que se aceleró en 1983 debido a la enfermedad de su hermano. Durante los años setenta y ochenta los hermanos Sendagorta y SENER en general (esta debido a su participación en los trabajos de construcción de la central nuclear de Lemóniz) tuvieron que afrontar las amenazas de la banda terrorista ETA, sin abandonar nunca su residencia y su compromiso con el País Vasco.
En 1986, cuando Enrique asumió la presidencia de SENER, la firma, cuya sede seguía estando en Las Arenas (Vizcaya), contaba con 1.200 empleados, oficinas permanentes en Madrid, Houston, Londres y París, y varias sociedades filiales, y era una de las mayores exportadoras de servicios de ingeniería en España. Los sectores de defensa y aeroespacial concentraban el grueso de su actividad. A partir de entonces, el presidente y la nueva dirección general acometieron la renovación del equipo directivo, reestructuración de la red de oficinas y filiales y modificación de la estructura y estrategia comercial de la firma. A mediados de los noventa, SENER había recuperado la presencia y la actividad en todos los mercados, con una presencia muy destacada en el sector aeroespacial, naval, ingeniería civil (transporte e infraestructuras) y energía y medioambiente.
Alianza con Rolls Royce
Además de todos esos cambios, SENER fue la impulsora, junto con Rolls Royce, de la creación de la empresa Industria de Turbo Propulsores (ITP), que supuso el nacimiento de una industria de fabricación de motores reactores en España. La sociedad se creó en 1988 con SENER por la parte española (que controlaba el 51%) y Rolls Royce (49%) como los socios más importantes. ITP experimentó un fuerte crecimiento de las ventas y el empleo e inició en 1998 su internacionalización, convirtiéndose en la novena compañía de motores y componentes aeronáuticos del mundo por ventas en 2016, con una plantilla de más de 3.800 empleados repartidos entre sus centros de España, Gran Bretaña, Malta, EEUU, India y México.
Ese mismo año, SENER vendió a Rolls Royce su participación en ITP para centrarse en el resto de sus negocios, siendo una de las principales ingenierías españolas en la actualidad y ocupando una posición internacional muy destacada en los sectores aeroespacial, naval, infraestructuras y energía y medioambiente.
Industrial y humanista
Enrique Sendagorta continuó como presidente de SENER hasta 2000, permaneciendo como presidente honorario hasta octubre de 2017, pocos meses antes de su muerte. Su larga y prolija trayectoria y su firme compromiso con el desarrollo económico y el progreso de la sociedad española fueron reconocidos con múltiples premios y distinciones. Además de todo esto, fue un humanista con una cultura y una pasión extraordinarias por la música, la pintura, la historia y la literatura y autor de un buen número de artículos y varios libros de ensayo, historia y autobiografía. Miembro del Opus Dei, fue uno de los impulsores de la creación de la Universidad de Navarra y su Clínica Universitaria.
En 1996 fue nombrado presidente del Instituto Empresa y Humanismo de esa Universidad, puesto que desempeñó hasta 2011, siendo después presidente honorario hasta su fallecimiento. La apuesta por el talento y la innovación, el compromiso con el desarrollo industrial, los valores del trabajo y el esfuerzo personal, la capacidad de sobreponerse al fracaso y las adversidades y su talante ingenieril –su voluntad de solucionar problemas con medios ingeniosos a través del conocimiento disponible– son algunas de las lecciones de su biografía que siguen estando plenamente vigentes.