Las consecuencias energéticas del enfrentamiento de las posturas de Rusia y la Unión Europea y el movimiento por parte de los países asiáticos al respecto, en particular la adquisición de un petróleo más barato son los temas de este podcast de «La información» en el que Jaime Segarra, experto en energía de UPCI (la Unión Profesional de Colegios de Ingenieros) y presidente de la Comisión de Energía del COIIM es entrevistado.
China e India se han convertido en un balón de oxígeno para Rusia en medio de las sanciones impuestas por Occidente en respuesta a la invasión de Ucrania. Ni el Gobierno de Xi Jinping ni el de Narendra Modi han condenado la actuación del Kremlin y ahora, además, Pekín y Nueva Delhi están aprovechando el efecto de esas sanciones para adquirir un petróleo más barato. Si a comienzos de año cerca de dos tercios del oro negro ruso se exportaba a países europeos, Asia acapara a estas alturas del año alrededor del 50% de las compras del crudo ruso, según datos de la estatal Gazprom.
Al mismo tiempo que China refuerza sus alianzas comerciales con Moscú, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) constata que India ha superado a Alemania como segundo mayor importador de crudo ruso tanto en abril como en mayo. Si antes de provocar la guerra en Ucrania, Rusia apenas exportaba el 1% de su petróleo a Nueva Delhi, el pasado mes de mayo ese porcentaje se había disparado ya hasta el 18%. ¿Qué implica este movimiento por parte de los dos países asiáticos? Y, sobre todo ¿Hasta dónde pueden llegar en su apoyo económico a Moscú vía adquisición de hidrocarburos? Jaime Segarra, experto en energía de UPCI (la Unión Profesional de Colegios de Ingenieros) y presidente de la Comisión de Energía del COIIM, ahonda en las artistas de esta relación comercial -en la que no es oro todo lo que reluce- en el podcast de ‘La Información‘.